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El blog dedicado al violín para aficionados, principiantes y estudiantes

Violines clásicos

alma de un violín clásico

Entre los instrumentos musicales de cuerda, el violín ocupa un lugar muy especial en el imaginario popular por muchas razones. Entre ellas, por tratarse de una pieza de diseño elegante y seductor, por sus bellas melodías que no dejan indiferente a nadie o porque lo asociamos con el arte clásico de siglos pasados.

¿Qué es un violín?

El violín es el más pequeño de los instrumentos de cuerda frotada, una categoría en la que también se encuentran la viola, el violonchelo y el contrabajo. Una de sus principales características es que requiere de una varilla externa conocida como arco para poder extraer las melodías.

Pese a su tamaño, el violín es un instrumento un tanto complejo, con más de 60 piezas en total. Entre las más importantes, encontramos una caja de resonancia de dos tablas de madera (la armónica y la de fondo) que se hacen más estrechas en la parte central, sobre las que destacan dos aberturas de resonancia conocidas como “efes” debido a su forma.

La caja de resonancia se extiende a través del mango, también llamado mástil, hasta llegar al clavijero, terminando en una pieza ornamental llamada voluta. Sobre el mango se ubica el diapasón o tastiera, que es donde se apoyan los dedos para tocar las diferentes notas. Sobre la caja tenemos las cuatro cuerdas que se elevan a través de un puente a presión y se sostienen entre un cordal y el clavijero.

Los materiales con los que se fabrica cada violín influyen directamente en su calidad. En líneas generales, se utiliza el abeto para elementos como la tapa o la barra armónica, el arce para el fondo, el mango y el puente, mientras que el diapasón y las cejillas suelen elaborarse con ébano. Ten en cuenta que los cortes y el tratamiento de la madera también influyen en el resultado final.

¿Cómo funciona un violín?

Ese sonido tan característico y penetrante del violín no es obra del azahar, ya que se obtiene como resultado de una serie de interacciones un tanto complejas pero muy interesantes. Todo empieza con la acción del arco sobre las cuerdas, el cual produce un efecto de vibración que se dirige a través del puente hasta llegar a la caja de resonancia, que se encarga de difundir el sonido a través del aire.

Ten en cuenta que las melodías no son iguales en todos los violines. Factores como la calidad y la intensidad del sonido dependen de elementos como el tipo de cuerdas, el nivel de tensión, el arco, la madera, el tamaño, el montaje y hasta el tipo de barniz utilizado en cada instrumento.

Las cuerdas del violín, afinadas por intervalos de quintas perfectas, son la parte vibrante del instrumento. Su grado de tensión determinará su nivel de frecuencia, algo que se puede modificar, pero también intervienen otros factores como su longitud, peso, elasticidad, entre otros. El material del que están fabricadas las cuerdas también influye directamente en la calidad del sonido.

Lo curioso del violín es que, a pesar de su pequeño tamaño, es uno de los instrumentos de cuerda capaces de producir los tonos más altos.

¿De qué tamaño son los violines?

Uno de los puntos que debes tener en cuenta acerca de los violines -en especial si es que deseas adquirir uno- es que se fabrican en diferentes tamaños, a fin de que se puedan acoplar a personas de todas las edades. Los más populares tienen medidas de 4/4 (el más grande), 3/4, 2/4 y 1/4. 

Definir el tamaño de violín adecuado para cada persona no es para nada complicado. Por lo general, solo hay que comparar el instrumento con el largo del brazo extendido, pero ligeramente flexionado, hasta encontrar una posición cómoda.

Dado que muchos se introducen en el mundo de los violines desde muy chicos, algunas tiendas ofrecen instrumentos en tamaño 1/32, que corresponde a un largo de brazo de apenas 31 cm. El más grande, de 4/4, alcanza medidas de brazo estirado superiores a los 54 cm. La buena noticia es que las dimensiones son muy variadas, así que las mujeres, niños o personas con brazos cortos pueden encontrar modelos adecuados para sus necesidades.

Aparte de su tamaño, los violines también se pueden diferenciar según su tipo de fabricación. Tenemos los de fábrica, elaborados mediante procesos industriales y por lo tanto más económicos, seguido por los prefabricados, cuyo grado de calidad es intermedio, para llegar a los fabricados a mano, que figuran entre los mejor valorados de la actualidad.

Te invitamos a estar al tanto de nuestra página para seguir conociendo más sobre el violín, un instrumento apasionante capaz de llevar la música a otro nivel.

Un repaso por los orígenes del violín

El violín tal y como lo conocemos hoy no se creó de la noche a la mañana. En realidad, es resultado de un largo y complejo periodo evolutivo que se remonta a la Edad Media. Se cree que sus precursores son los instrumentos de cuerda frotada que llegaron a Europa a raíz de la migración de los árabes, como el rabel, el rebab o el laúd.

Podemos encontrar antecedentes más inmediatos en la viola de gamba o la viola de braccio, que se desarrollaban en Italia en el siglo XVI. Fue en esa época cuando surgió el violín moderno de cuatro cuerdas, específicamente en Cremona, ciudad italiana donde proliferan árboles como los abetos y los arces. Los primeros ejemplares de los que se tiene registro fueron obra de Andrea Amati, aunque otras fuentes aseguran que fue Gasparo da Salò.

Pero el gran prestigio del violín, ese que perdura hasta hoy, se le atribuye a Claudio Monteverdi, un reconocido compositor italiano que decidió incorporar el instrumento a sus conciertos de ópera, una idea que le generó enorme éxito. Gracias a este reconocimiento, surgen los primeros luteros o luthiers, personas dedicadas a fabricar instrumentos de cuerda.

De la mano de los prolíficos luthiers de Cremona, comenzó en el siglo XVII lo que se conoce como la “edad de oro del violín”. Fabricantes de la talla de Giuseppe Guarnieri, Antonio Stradivari y el propio Andrea Amati convirtieron al violín en un instrumento de lujo, muy codiciado por los amantes de la música y protagonista en las grandes óperas.

Esta época es muy especial en la historia de los violines, pues se fabricaron ejemplares con sonidos únicos que ni siquiera hoy han logrado replicarse. Por ese motivo, hoy los famosos violines Stradivarius o los Guarnerius se exhiben en grandes museos del mundo y están valorados en varios millones de dólares.

Damos un salto en la historia hasta el siglo XIX, cuando el luthier francés François Tourte realizó algunos cambios al diseño clásico de los violines, dándole la forma que se utiliza hasta nuestros días.

Violinistas ilustres

Para que el sonido de un violín alcance todo su esplendor, necesita ser interpretado por un artista virtuoso. Por suerte, a lo largo de la historia pasaron nombres destacados que son reconocidos hasta nuestros días. La lista es larga, pero algunos de ellos han dejado una huella imborrable.

Encontramos, por ejemplo, célebre violinista italiano Antonio Vivaldi, impulsor del género de los conciertos y autor de “Las cuatro estaciones”, que destaca entre sus más de 700 obras. También destaca el francés Jean-Baptiste Lully, quien tocaba el violín desde los 13 años y deleitaba a la corte del rey Luis XIV.En una lista de leyendas no puede faltar el célebre genovés Niccolò Paganini, cuyo estilo de vida y apariencia particular, combinados con su indescriptible talento para tocar el violín, lo llevaron a ser conocido como “el violinista del diablo”. A Paganini, autor de los “24 caprichos”, se le atribuyen habilidades increíbles, como la capacidad de tocar hermosas melodías con un violín de una sola cuerda, entre muchas otras.

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